La Academia de la Música ha aprobado nuevas categorías para la premiación de 2026, como las que reconocen el trabajo artístico-visual
Hace un par de semanas, se conocía la noticia de que la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación ajustaba las reglas de los Premios Grammy del año que viene. Esta iniciativa incluyó la creación de nuevas categorías independientes, entre las que se encuentran la de Mejor Portada de Álbum. Previamente, esto se reconocía a través de la nominación a Mejor Empaque de Grabación, siendo Brat la ganadora de esta.
No obstante, tal y como ha confirmado el director general de la Academia, Harvey Mason jr., en un comunicado, esta categoría, más allá de la portada, cubre la identidad alrededor de su concepto, algo que el proyecto de Charli XCX cumplía con creces. «La máxima prioridad de la Academia es representar los profesionales de la música a los que servimos cada año. Eso implica escuchar atentamente a nuestros miembros para asegurarnos de que nuestras reglas y directrices reflejen la música de hoy y nos permitan reconocer con precisión a tantos creadores merecedores como sea posible», añadió el director.
Con todo, esta nueva categoría premiará a los creadores artísticos de las portadas que al fin y al cabo ayudan a construir un imaginario conceptual alrededor del proyecto. De hecho, esta noticia vino poco después de la publicación de la portada del próximo disco de Sabrina Carpenter, Man’s Best Friend; una imagen polémica pero efectista que recogerá la línea narrativa de sus próximas canciones.
Por esta razón, echamos la vista atrás y recopilamos aquellas portadas de discos que hubieran logrado un hueco en esta nueva nominación en los Grammy del año pasado por su composición, por su juego de luces o por su significación.
HIT ME HARD AND SOFT de Billie Eilish
La portada presenta una imagen subacuática en tonos azules fríos que transmite vulnerabilidad y aislamiento. La figura flotante de Billie contrasta con el vacío líquido, y la puerta en blanco de la que cae, evocando una sensación de suspensión emocional. La ausencia de tipografía en la portada refuerza un enfoque visual puro y contemplativo, donde el peso recae completamente en las sensaciones de la figura.
Eternal Sunshine de Ariana Grande
Inspirada en la estética de la película de Michel Gondry, Eternal Sunshine Of The Spotless Mind, la imagen captura a Ariana bajo una luz cálida con la cabeza sobre el hombro de ella misma. Los reflejos especulares, los tonos dorados y naranjas y el encuadre simétrico aportan una estética pulida y nostálgica. Su diseño limpio y la composición centralizada refuerzan una sensación de claridad visual y emotiva.
F-1 Trillion de Post Malone
La imagen muestra una camioneta azul metálica clavada verticalmente en un lago, como si desafiara la lógica física. El entorno natural tranquilo, con aguas inmóviles y un cielo pálido, contrasta radicalmente con el surrealismo del vehículo suspendido. La composición es simétrica y limpia, con un uso magistral del reflejo y el vacío para crear una escena que resulta tan contemplativa como inquietante. Su fuerza radica en lo inexplicable y en el impacto inmediato de lo absurdo hecho real.
Djesse Vol. 4 de Jacob Collier
Esta portada es un estallido de color y simbolismo psicodélico. Figuras cósmicas, rostros humanos y elementos naturales se entrelazan en una ilustración casi onírica que recuerda el arte de álbumes progresivos de los 70. Cada rincón está lleno de detalles visuales que recompensan la observación prolongada, logrando una portada exuberante, compleja y expansiva.
ORQUÍDEAS de Kali Uchis
Visualmente seductora, la portada presenta a Kali en una escena de fantasía tropical, rodeada de flores voluptuosas, agua y colores saturados que evocan sensualidad y vitalismo. El uso de luz suave, una paleta rosada y varios elementos botánicos crean un entorno visual envolvente e íntimo, entre lo etéreo y lo glamouroso.
COWBOY CARTER de Beyoncé
Beyoncé aparece montada a caballo en blanco y negro, con vestimenta y postura que evocan poder, elegancia y orgullo. La portada fusiona iconografía del western estadounidense con estética de realeza moderna, en una composición austera pero majestuosa. El contraste monocromático refuerza su carácter clásico y atemporal.
nadie sabe lo que va a pasar mañana de Bad Bunny
La portada presenta una ilustración de trazo suelto y estilo casi infantil de un jinete encapuchado con una capa azul y alas, montando un caballo. El dibujo crea una estética deliberadamente cruda y primitiva, lo cual potencia su fuerza simbólica. El espacio negativo domina el fondo, haciendo que la figura central resalte con intensidad. El texto manuscrito en la parte superior y la firma tachada en la parte inferior aportan un aire de anonimato y espontaneidad, reforzando una identidad visual enigmática y antiestética en el mejor sentido.
Fireworks & Rollerblades de Benson Boone
La portada captura un momento electrizante: el joven con torso desnudo y patines encendidos cruzando una calle al anochecer. El contraste entre la calidez del fuego que brota de las ruedas y el fondo oscuro crea una composición de alto impacto visual. El estilo tiene un aire nostálgico que remite a películas juveniles de los 80 o 90, pero con un acabado moderno y casi pictórico. La iluminación tenue, el movimiento detenido y el simbolismo implícito en el fuego convierten la imagen en una metáfora poderosa de juventud, intensidad emocional y libertad.
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